El alpiste se
trata de una semilla, por lo tanto rica en proteína vegetal,
proveniente de Canarias, con una potente acción diurética. Esto la
hace beneficiosa para reducir los niveles de ácido úrico en sangre,
tratar las vías urinarias en caso de infecciones, reduce la
celulitis por retención de líquidos y nos mejora la circulación.
Gracias
a parte de su composición nos ayuda a tratar enfermedades como la
faringitis, la gripe, la tos, las relacionadas en general con la
garganta, muy adecuado también en verano, ya que esta zona suele
sufrir por los aires acondicionados.
Es
rico en enzimas digestivas y ayuda a desinflamar determinados órganos
como el hígado, el estómago y los intestinos. Si nuestro sistema
digestivo se desinflama, perdemos peso y volumen y nos sentimos más
ligeros.
Esto
también hace que el alpiste prevenga la obesidad y reduzca
el estreñimiento,
gracias también a que ayuda a regenerar la flora intestinal como
prebiótico.
Beneficia
en casos de diabetes por
su bajo contenido en azúcar.
Reduce
el colesterol y
la hipertensión.
La
enzima lipasa elimina grasa del organismo en general, de las venas,
arterias y depósitos grasos en todos los tejidos. Al ser rica en
proteína, esa pérdida de grasa supondrá una aumento de la
tonicidad muscular si lo acompañamos de ejercicio.
Utilizando
el alpiste en
cataplasmas o ungüentos mejora los problemas dermatológicos.
Gracias
a las enzimas, los minerales y los antioxidantes, es un gran aliado
como tratamiento antienvejecimiento.
¿CÓMO UTILIZAR LA LECHE DE ALPISTE?
Se
puede usar como cualquier otra leche
vegetal todos
los días, pero para aprovechar sus beneficios generales hay que
tomarla un mínimo de 1 vaso 4 o 5 veces a la semana. Con esta dosis
ya nos va ayudar a depurarnos.
Para
realizar un tratamiento más concreto, no solo utilizándola como
leche de uso, se puede tomar 2 veces al día, por la mañana y por la
noche, mejor con el estómago vacío.
Como
truco antienvejecimiento, si no se quiere tomar vasos enteros, se
disuelve esas 2 veces al día 1 cucharada o 1 cucharada y 1/2 en un
vaso de agua tibia.
Como
uso tópico, la podemos usar para hacernos mascarillas antiarrugas o
directamente aplicada en la cara con ayuda de un algodón, como si
fuera un tónico.
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