martes, 1 de julio de 2014

Emplasto de arcilla para esguinces, contusiones, inflamaciones y desgarros musculares.



CATAPLASMA DE BARRO 
Es la forma de aplicación de la arcilla de manera indirecta sobre la piel, primero se cubre la piel con un trozo de tela, gasa, etc y luego se agrega el barro encima. No hay contacto del barro con  la piel. El barro se puede preparar con agua, que es la manera mas común, pero también con zumos, caldos, aguas terapéuticas, esencias, etc.
Para preparar la cataplasma de barro, primero se prepara el barro o fango, luego hay que verter la arcilla machacada o en polvo, en un tazón de madera, loza o vidrio (evitar usar metal o plástico). Cubrir con agua de manantial (sin cloro) hasta formar el barro con una consistencia en forma de lodo o fango o masa, sin ser demasiada espesa o muy fluida. Sobre la zona afectada o adolorida extender una tela bastante gruesa o gasa, luego con una espátula de madera para extender el barro en grosor de 2-3 cm. El barro no esta en contacto con la piel. Esto es lo que se llama la cataplasma. La cataplasma se puede dejar aplicada durante unos minutos, unas horas, o incluso toda una noche. Después de la aplicación, y una vez seca, retírela con cuidado y lave la zona con agua tibia. No emplee alcohol ni colonia. Tire la arcilla, pues habrá recogido sustancias nocivas para el organismo. Nunca se debe reutilizar esta arcilla. Existen dos tipos de cataplasmas según su temperatura, una fría y otra tibia que se utiliza para tonificar o revitalizar
La cataplasma fría se aplica a estados febriles, congestionado, inflamado o caliente (como el bajo vientre). Normalmente se calienta en seguida al contacto con la piel. Cambiar una vez esté caliente. No se asuste, al principio del tratamiento puede ser necesario cambiar la cataplasma cada cinco o diez minutos.
El otro tipo de cataplasma es la tibia, que se aplica cuando tiene como objetivo la revitalización general, o de un órgano en particular, reconstrucción ósea (fractura, descalcificación) o sobre el hígado, los riñones o la vejiga, sobre todo en caso de cistitis (evitar las mujeres embarazadas). Hay varios métodos para calentar la arcilla. El más sencillo consiste en dejar la mezcla de agua y arcilla bajo el sol o cerca de un radiador. Evitar el contacto con una fuente de calor, pues la desnaturalizaría. Otro modo consiste en calentar la mezcla al baño María, pero es más difícil conseguir el punto. Si se trata de descongestionar un órgano en especial, de paliar un estado agudo inflamatorio o infeccioso, las primeras aplicaciones deben dejarse mientras la cataplasma no moleste, generalmente toda la noche. Si lo despierta porque la cataplasma está demasiado caliente o molesta, esto quiere decir que esta ya ha hecho su trabajo y ha absorbido lo que podía. Resista la tentación de aplicar otra cataplasma: correría el riesgo de fatigar el organismo.





PROPIEDADES MEDICINALES DE LA ARCILLA

Todas las arcillas contienen en su bioquímica los minerales y oligoelementos indispensables a todo ser vivo, desempeñando importantes funciones en el cuerpo. La arcilla aporta sílice (agente remineralizador y antitóxico, importante en el sistema vascular, nervioso, respiratorio y óseo, actúa sobre las fibras elásticas y en la regeneración de los tendones y la piel), magnesio (fundamental para el crecimiento de los huesos, permite la correcta asimilación del calcio, drena el hígado, es estimulador biliar, antiséptico y antioxidante, activa la regeneración celular y calma y reequilibra psíquicamente), calcio (importante en la formación y conservación de huesos, dientes y tendones, imprescindible en la coagulación sanguínea y en la regulación del sistema nervioso), sodio (regula el equilibrio de líquidos en el organismo), potasio (complementa la función del sodio), manganeso (forma parte de muchas enzimas y provoca la acción de otras en procesos antioxidantes y de producción de energía), hierro (produce glóbulos rojos en la sangre, favorece la circulación y oxigenación del organismo e interviene en la generación de energía) y zinc (necesario para el sistema inmunológico, es imprescindible para el crecimiento, la formación de tejidos y la maduración sexual masculina). El selenio y el litio ayudan a ralentizar el envejecimiento.
Las arcillas tienen muchas propiedades medicinales o curativas, entre las que podemos mencionar:
1) Antibacteriano, Antiinfecciosa, Antiseptica o Desinfectante: Reducen la posibilidad de infección o putrefacción (pus). Es un gran germicida que destruye las bacterias.
2) Cicatrizante y regeneradora: Cura y cicatriza las heridas en la piel y heridas en órganos internos. 
3) Depurativa, Descongestionante y Desintoxicante: A causa de su poder de absorción y/o adsorción de las sustancias toxicas,  purifica el organismo y la sangre (depurativa). Por su poder de absorción neutraliza y fija las impurezas (toxinas) contenidas en los tejidos y que son captadas y drenadas (evacuadas); y por su poder de adsorción mediante el drenaje y eliminación de las impurezas en suspensión en los líquidos orgánicos  (sangre, linfa y bilis). Debido al poder de absorción puede recoger gran cantidad de calor, al atraer las toxinas acumuladas bajo la piel en la zona del vientre y lograr de esta forma que sean expulsadas, descongestionando las extrañas. Por este poder de absorción de la grasa de los tejidos de la piel se usan las mascarillas de arcilla como un producto de belleza, dejando limpia la piel o cara de impurezas. A causa de este poder neutraliza los venenos.  
4) Desinflamante: Usado como antiinflamatorio en heridas externas (campesinos y animales), edemas y golpes, como emplasto;   y para  heridas internas por via oral.
5) Radiactivo: Este es el poder regenerador de la arena (en las playas) por su capacidad de absorber las radiaciones negativas. También absorbe el exceso de radioactividad en caso de exceso; y estimula radioactividad donde esta es deficiente tendiendo al equilibrio.
6) Remineralizante: A causa de su contenido múltiple en minerales de todo tipo.
    7) Revitalizante: Regula el sistema endocrino y estimula piel, actuando como tónico corporal.











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