Artemisa,
una planta digestiva
Muy
eficaz para los trastornos femeninos es además un buen protector
hepático.
La artemisa (Artemisia vulgaris) es una planta aromática, que ya era utilizada como medicinal y como condimento desde la antigüedad. Debe su nombre a la diosa griega artemisa, hermana gemela de Apolo y protectora de la ida femenina, de la naturaleza salvaje y de las embarazadas y los partos.
Actualmente está presente en casi toda Europa, pero en la península se encuentra sólo en el tercio norte.
La artemisa (Artemisia vulgaris) es una planta aromática, que ya era utilizada como medicinal y como condimento desde la antigüedad. Debe su nombre a la diosa griega artemisa, hermana gemela de Apolo y protectora de la ida femenina, de la naturaleza salvaje y de las embarazadas y los partos.
Actualmente está presente en casi toda Europa, pero en la península se encuentra sólo en el tercio norte.
Florece a mediados del
verano y se mantiene florida toda la estación. Se cosechan las
sumidades en flor, que se dejan secar a la sombra.
Es muy rica en una esencia que contiene cineol, alcanfor y tuyona, además de flavonoides como el quercetósido, cumarinas y lactonas.
La artemisa, como otras plantas de su mismo género, destaca ante todo por ser un excelente tónico digestivo, muy útil en periodos de inapetencia y para reequilibrar las funciones del aparato digestivo. Ayuda a absorber mejor los nutrientes de los alimentos que ingerimos, evita la aparición de náuseas, la formación de gases, y aporta una sensación de bienestar tras una digestión difícil. Se le atribuye un notable efecto protector sobre el hígado y la vesícula, favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos y restos de metales pesados.
Remedio digestivo
Como remedio digestivo, para mitigar los espasmos gastrointestinales, en digestiones lentas y pesadas, se recomienda la fórmula que combina artemisa con otras plantas digestivas, como la manzanilla, la centaura menor y la menta. Se escalda una cucharada sopera rasa de la mezcla por vaso de agua, se infunde y se cuela. Basta una tacita tras las comidas copiosas.
La artemisa, como el ajenjo y otras plantas próximas, se ha venido usando como remedio tradicional contra los parásitos intestinales. Pero la fitoterapia moderna prefiere resaltar su importancia para mediar en trastornos ginecológicos, como un óptimo regulador de la menstruación, en periodos irregulares y dolorosos o cuando se produce escasez de flujo menstrual.
Eficaz regulador hormonal
Una fórmula muy completa, que favorece la irrigación sanguínea a nivel ovárico, recomendada para favorecer la fertilidad y como regulador hormonal, es la que se elabora con 20 g de artemisa, 20 g más de hierbaluisa y 5 g de senecio. Una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua. Se hierve durante un minuto y se mantiene 10 minutos más en infusión. Se deben tomar dos vasos diarios, por la mañana y poco antes de acostarse, desde los 9 días antes de la regla. Se debe evitar durante el embarazo, la lactancia y para niños menores de 3 años.
La artemisa se presenta en planta seca, troceada, para infusión, en tintura, extractos seco y fluido, aceite esencial y en jarabe.
Una fórmula que regenera el hígado
La artemisa, un potente protector hepático, favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos.
Para devolver el tono y recuperar las funciones de un hígado castigado, esta nueva fórmula, depurativa y desintoxicante, es una gran ayuda. Para prepararla se combina artemisa con hojas de boldo, diente de león y fumaria, a partes iguales.
Se hierve un par de minutos, se deja 10 más en reposo y se filtra. Se debe tomar en ayunas, mientras persista el malestar.
Es muy rica en una esencia que contiene cineol, alcanfor y tuyona, además de flavonoides como el quercetósido, cumarinas y lactonas.
La artemisa, como otras plantas de su mismo género, destaca ante todo por ser un excelente tónico digestivo, muy útil en periodos de inapetencia y para reequilibrar las funciones del aparato digestivo. Ayuda a absorber mejor los nutrientes de los alimentos que ingerimos, evita la aparición de náuseas, la formación de gases, y aporta una sensación de bienestar tras una digestión difícil. Se le atribuye un notable efecto protector sobre el hígado y la vesícula, favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos y restos de metales pesados.
Remedio digestivo
Como remedio digestivo, para mitigar los espasmos gastrointestinales, en digestiones lentas y pesadas, se recomienda la fórmula que combina artemisa con otras plantas digestivas, como la manzanilla, la centaura menor y la menta. Se escalda una cucharada sopera rasa de la mezcla por vaso de agua, se infunde y se cuela. Basta una tacita tras las comidas copiosas.
La artemisa, como el ajenjo y otras plantas próximas, se ha venido usando como remedio tradicional contra los parásitos intestinales. Pero la fitoterapia moderna prefiere resaltar su importancia para mediar en trastornos ginecológicos, como un óptimo regulador de la menstruación, en periodos irregulares y dolorosos o cuando se produce escasez de flujo menstrual.
Eficaz regulador hormonal
Una fórmula muy completa, que favorece la irrigación sanguínea a nivel ovárico, recomendada para favorecer la fertilidad y como regulador hormonal, es la que se elabora con 20 g de artemisa, 20 g más de hierbaluisa y 5 g de senecio. Una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua. Se hierve durante un minuto y se mantiene 10 minutos más en infusión. Se deben tomar dos vasos diarios, por la mañana y poco antes de acostarse, desde los 9 días antes de la regla. Se debe evitar durante el embarazo, la lactancia y para niños menores de 3 años.
La artemisa se presenta en planta seca, troceada, para infusión, en tintura, extractos seco y fluido, aceite esencial y en jarabe.
Una fórmula que regenera el hígado
La artemisa, un potente protector hepático, favorece la secreción de bilis y la eliminación de residuos tóxicos.
Para devolver el tono y recuperar las funciones de un hígado castigado, esta nueva fórmula, depurativa y desintoxicante, es una gran ayuda. Para prepararla se combina artemisa con hojas de boldo, diente de león y fumaria, a partes iguales.
Se hierve un par de minutos, se deja 10 más en reposo y se filtra. Se debe tomar en ayunas, mientras persista el malestar.
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