Las emociones tienen dos orígenes: lo que pensamos genera emociones y lo que comemos también genera emociones.
Si bebemos un vaso de agua o de alcohol las emociones serán muy diferentes. Porque afectan a diferentes órganos.
Si comemos alimentos que bloquean el hígado o la vesícula biliar, sentiremos ira, cólera, agresividad, impaciencia… porque cada órgano, dependiendo de si funciona bien o mal, genera distintas emociones.
Comer no es solo calmar el hambre. Lo que afecta al cuerpo se propaga en la mente, por eso, si comemos comida “basura”, estaremos peor física y mentalmente que si lo hacemos de forma equilibrada, con los alimentos podemos generar salud o enfermedad.
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