Hoy en día, a pesar de que la leche de vaca es una de las más consumidas mundialmente, cada vez son más las personas que optan por el consumo de leches vegetales debido a sus propiedades y a las ventajas que éstas pueden aportar para la salud. El consumo de leche de vaca lleva asociados una serie de inconvenientes, tales como difícil digestión, mucosidades, intolerancia a la lactosa y problemas digestivos entre otros, que pueden ser fácilmente evitados substituyendo esta leche por las leches vegetales.
Las leches vegetales no lácteas elaboradas a base de agua e ingredientes vegetales. No contienen lactosa ni colesterol, la mayoría son de bajo contenido calórico, tienen un alto contenido en agua (hasta el 90%) y sus componentes son fáciles de asimilar y digerir. Además, contienen menos grasa que la leche de vaca, con un elevado porcentaje de grasas mono y poliinsaturadas, que benefician la salud cardiovascular. Su contenido en vitaminas del grupo B es notable, aunque no se encuentra vitamina B12 que se presenta casi exclusivamente en alimentos de origen animal. Tienen un considerable contenido en potasio, y la relación sodio/ potasio es muy buena.
Por todo ello, es una excelente alternativa no solo para las personas que eligen llevar una dieta sana y equilibrada y para quienes escogen seguir una dieta vegetariana, sino también para aquellos grupos de población que por circunstancias especiales no toleran alguno de los componentes presentes en las leches animales, como la lactosa o las proteínas de la leche de vaca, al igual que para personas con problemas de digestiones lentas, colon irritable, estreñimiento, diarreas…
Existen diferentes tipos de leches vegetales, dependiendo de su procedencia. Por una parte, podemos encontrar aquellas que provienen de los cereales, como el arroz, avena, espelta o cebada, las cuales se caracterizan por su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales. Por otra parte, existen leches vegetales derivadas de los frutos secos como almendras, avellanes, sésamo o nueces. Estas son muy nutritivas y completas y son fuente de ácidos grasos de calidad y calcio. Por último, se encuentran leches vegetales procedentes de las legumbres, como es el caso de la leche de soja, con un alto contenido en proteínas de alta calidad.
La leche y los derivados lácteos son uno de los alimentos más introducidos en nuestra dieta diaria. Siempre se nos ha presentado como un alimento excelente, con grandes propiedades nutricionales, y cuyo consumo era imprescindible en una dieta saludable. Esto ha contribuido a una excesiva presencia de este grupo de alimentos entre nuestros hábitos alimenticios. A pesar de sus cualidades nutricionales, un consumo excesivo de leche animal puede ser más perjudicial que beneficioso para la salud.
Se recomienda el consumo de leche principalmente por ser una fuente de calcio, pero el exceso de este elemento puede llevar a la aparición de osteoporosis debido a la sobreestimulación en la actividad de las células, que provoca la muerte prematura de las mismas. Lo cierto es que se trata de un alimento deficiente en hierro, que puede incluso provocar la pérdida del mismo en el intestino de los bebés. De hecho, el ser humano es el único mamífero que continua tomando leche una vez destetado, y que se alimenta de una leche distinta a la de su propia especie y por tanto no “diseñada” específicamente para sus necesidades nutricionales.
Además, la leche animal es pobre en fibra y está sobrecargada de colesterol, grasas y proteínas. Esto último es precisamente lo que hace que la leche sea un alimento desaconsejable en estados carenciales de calcio o como prevención de la osteoporosis (huesos frágiles) ya que el exceso de proteínas provoca una mala absorción de calcio. Curiosamente, EEUU es el mayor consumidor mundial de leche, y también el país con más incidencia de osteoporosis entre su población. Sin embargo, las culturas orientales, donde apenas existe el consumo de lacteos pero si hay una dieta rica en proteinas vegetales, tienen los menores porcentajes de osteoporosis del mundo.
Hay que tener presente que la leche de vaca es uno de los principales desencadenantes de alergias e intolerancias alimenarias (24,5% de las alergias infantiles). En el caso de la intolerancia, muchas personas desconocen que la sufren; se trata de una insuficiencia en la producción intestinal de lactasa, una enzima encargada de digerir la lactosa presente en la leche. Esta pasa al intestino, donde fermenta, provocando dolor abdominal, flatulencia, hinchazón, vómitos, calambres e incluso diarrea acuosa. Los pacientes notan una disminución drástrica de estos problemas cuando sustituyen la leche por una bebida vegetal.
La leche animal es un alimento rico en colesterol y grasas saturadas, por ello el consumo de la misma estimula al hígado a elaborar más colesterol, elevando los niveles en la sangre y acumulando, al mismo tiempo, dicha grasa de forma subcutánea como “grasa corporal”, por lo que contribuye al aumento de peso. Otro riesgo asociado al consumo de leche es el depósito anormal de minerales como el calcio o el fósforo en los tejidos blandos, que puede derivar en calcificaciones.
Desde el punto de vista de la naturopatía, la leche es un “no alimento”, y es común que muchos tratamientos naturopáticos comiencen con la retirada de esta de la dieta del paciente. Tradicionalmente, la naturopatía relaciona el consumo de leche animal con problemas respiratorios asociados a una producción excesiva de moco (catarros, constipados, asma, sinusitis, rinitis, procesos broncopulmonares…), así como con las anemias por déficit de hierro, la diabetes, algunos procesos cancerosos, y los trastornos intestinales como el colon irritable o la colitis ulcerosa.
Con esto no queremos decir que la leche en si misma sea perjudicial para la salud, sino que no es recomendable el consumo excesivo de la misma habiendo otros alimentos que nos aportan los mismos beneficios nutricionales sin ninguna de sus desventajas.
En vuestro herbolario de Ciempozuelos, Los Remedios de Maria tenéis a vuestra disposición una gran variedad de leches vegetales que os ayudaran a mantener vuestro cuerpo equilibrado y saludable.
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